al ras del suelo.
A veces rozan el asfalto,
se ensucian los bordes.
Algunos llevan a sus dueños
cosidos a la lana,
dormidos de tanta oscuridad
y falta de aire.
Otros van solos
como el mío.
Huyen de sí mismos,
invierno adentro.
Les espanta el vacío.
M.G.L.
Madrid 2006
2 comentarios:
ah, este poema le robó el abrigo a Akaki Akakievich!
Es el capote nuevo que le fue robado y que ahora deambula por las calles de Madrid.
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