23 ene 2008

Abrigos

Los abrigos flotan en el aire,
al ras del suelo.
A veces rozan el asfalto,
se ensucian los bordes.
Algunos llevan a sus dueños
cosidos a la lana,
dormidos de tanta oscuridad
y falta de aire.
Otros van solos
como el mío.
Huyen de sí mismos,
invierno adentro.
Les espanta el vacío.

M.G.L.
Madrid 2006

2 comentarios:

frufrú dijo...

ah, este poema le robó el abrigo a Akaki Akakievich!

Atrabiliario dijo...

Es el capote nuevo que le fue robado y que ahora deambula por las calles de Madrid.