Acodada en la barra o la terraza
me miro desde lejos como dicen
que se miran los que han estado muertos:
un fulgor en el vaso
me resume lo helado de los años.
Vértigo de un rodaje discontinuo,
fotogramas vacíos que huyen.
Eso sí,
gastó el maquillador tiempo y pericia.
Desde esta muerte actriz y fingidora,
la vida es un depósito en penumbra
de máscaras usadas hacia dentro.
Aurora Luque
(En De Carpe Noctem, Visor, Madrid, 1996)
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