Por encima del cinturón negro del bosque surge, pesada y solitaria, la montaña primitiva. Uno la toca, uno oprime el cuerpo contra ella. La montaña vence. La montaña le crece a uno en la cara. Uno se vuelve pesado como piedra, inmóvil. Lo enorme apagado --pues la montaña está hecha de los restos de algo que ha sido. El movimiento en llamas pasó a través de la materia dejando tras de sí una montaña.
Birgitta Trotzig
(En Contexto. Material, Visor, Madrid, 2005)
Fuente: http://www.javellan.com
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