24 nov 2009

Fragmento

Primero fue el movimiento, la luz, la resistencia, el movimiento que se incendió al contacto con su peso, lo encendido en lo pesado, la materia en llamas entró en movimiento, se quemó y se calcinó --así surgió la montaña apagada que es la resistencia contra todo, el entumecimiento, la petrificación.

Por encima del cinturón negro del bosque surge, pesada y solitaria, la montaña primitiva. Uno la toca, uno oprime el cuerpo contra ella. La montaña vence. La montaña le crece a uno en la cara. Uno se vuelve pesado como piedra, inmóvil. Lo enorme apagado --pues la montaña está hecha de los restos de algo que ha sido. El movimiento en llamas pasó a través de la materia dejando tras de sí una montaña.

Birgitta Trotzig
(En Contexto. Material, Visor, Madrid, 2005)

Foto vieja del Ávila vista desde Los Chorros, Caracas, Venezuela

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