Será la muerte un papel
amarillo que flota un instante
en la ventana, troles temblones
y un chasquido de navaja cerrada
o lentos niños persiguiendo sombreros
negros por las cloacas
ratas dormidas
bajo la fría oscuridad del otoño
subterráneo, pedazos de cuna, media
sonrisa en envuelta en un papel
amarillo
que flota un instante entre la grasa
despierta,
lejana, despierta
huele la noche a seto
de jardín recortado como un laberinto
y la estancia a lirios marchitos
hueles
a hierba mojada y a asfalto limpio.
Manuel Vásquez Montalbán
(En Ars Amandi, Bartleby Editores, Madrid, 2001)
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