21 nov 2008

Urbanidad para Niñas

Las siguientes imágenes han sido tomadas de Cartilla Moderna de Urbanidad por F.T.D. (1902 - 1931). En la Web de la Biblioteca Manes se pueden visualizar manuales de este tipo. Los primeros son de 1812 y los últimos nada más y nada menos que de1990.
Pincha en las fotos para verlas más grandes y poder leer las leyendas.

Cómo comportarse en el colegio

Reglas Generales de Urbanidad

Fuente 1: Biblioteca Manes de de Manuales Escolares Españoles
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A continuación algunos fragmentos tomados de Resumen de Urbanidad para las Niñas de Pilar Pascual de Sanjuán, editado por primera vez en 1920 en Barcelona por Hijos de Paluzíe Editores.

I. Sobre los paseos

¿Cómo debe conducirse una señorita durante un paseo?

Andará con paso natural, ni muy largo ni demasiado corto, llevará el cuerpo derecho, pero no tieso, y procurará dar, sin afectación, gracia y soltura a sus movimientos.
No hablará muy alto ni reirá a carcajadas, para no llamar la atención de los que pasen, devolverá el saludo a los conocidos, y si son personas de respeto, las saludará primero.
Cederá la acera, si va por la calle, a los que vengan de frente si llevan la derecha, y si la persona en cuestión es una señora mayor, un ciego o un enfermo, aunque no la lleve.

II. Sobre la higiene personal

¿Qué otra advertencia general puede hacerse respecto a la ropa?

Que debe lavarse a menudo la que de ello sea susceptible, y la que no, cepillarla muy bien y exponerla con frecuencia al aire libre.
De lo contrario, adquiere un tufillo desagradable, que ya no es perceptible para el que lo lleva en sus vestidos, y que molesta a los demás.

¿No puede evitarse ese tufillo usando un perfume cualquiera?

No tal, porque se mezclan los olores sin que se neutralicen. Si el perfume es suave, no impide que se perciba el mal olor de la ropa sucia; y si es fuerte, incomoda a las personas delicadas. La mujer aseada, o no huele absolutamente a nada, o despide un aroma suave y tenue, lo cual es hasta distinguido y de buen tono.
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Más reglas de urbanidad tomadas de otras fuentes:

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Manual de mediados del siglo XIX: “Reglas de urbanidad para uso de las señoritas”. Fernando Bertrán de Lis. Sexta Edición. Imprenta Julián Mariana. Valencia, 1859.

—¿Y qué resulta de permanecer demasiado tiempo en la cama?
—Que se acostumbra una a la pereza, que es el peor de los defectos.

—¿Se serviría usted decirme algo con respecto a la limpieza del cuerpo?
—Sí señora; todas las mañanas, después de vestirse, o al menos luego de haberse puesto los vestidos indispensables para presentarse con decencia, se debe peinar, cepillarse la cabeza, lavarse las manos y cortarse las uñas. En seguida se lava la cara, el cuello y las orejas, con agua no calentada por rigurosa que sea la estación.

—¿Por qué razón prefiere usted el agua fría a la tibia?
—Por ser un excelente preservativo contra el frío, a la acción del cual se estaría mucho más sensible si se lavase con agua tibia.

—Dígame usted , ¿qué cuidado o particular reclama la oreja?
—El de pasar un lienzo seco entre ella y la cabeza, quitando de este modo la humedad producida por la transpiración del sueño.

—¿Por qué?
—Porque esta humedad oculta las fluxiones y mal de dientes, de los cuales nos podemos precaver por este sencillo medio.

—¿Deben lavarse con agua fría las orejas?
—No señora; la oreja en su parte interior debe lavarse con agua tibia. Respecto al exterior, basta lavarlo bien y enjugar perfectamente todos sus pliegues.

(…)

—¿Tiene usted algo más que decir respecto a la limpieza del cuerpo?
—Sí señora, los pies deben lavarse al menos una vez a la semana, sobre todo durante la estación del verano, teniendo cuidado de cortarse las uñas de cuando en cuando, porque además que molestaría al tiempo de andar, les daría la figura cuadrada.

—¿Y no tiene usted algo más que añadir?
—Que conviene tanto para la salud, como para la limpieza del cuerpo, darse algunos baños, ya sean enteros o medios.

—¿Qué tiene usted más que hacer observar?
—Que es indecoroso rascarse la cabeza, meter los dedos entre el pelo, en las orejas, morderse las uñas, escupir en la sala, en el fuego, por la ventana y apagar la vela a soplos.

(…)

—¿Tendrá usted la bondad de decirme cómo debe vestir una joven?
—Con la mayor sencillez y sin afectación.

—¿Por qué?
—Porque su juventud es el mejor adorno que puede y debe apetecer: una joven sobrecargada de galas hace formar mal concepto de ella.

—¿Se serviría usted decirme por qué a una joven le sienta mejor la sencillez que los adornos?
—Porque con vestidos de gran precio y muchos adornos, una joven puede ir mal puesta; pero con aseo, la que sabe los miramientos que debe a sus iguales, parece mejor a los ojos de los que la ven.

—¿Qué se necesita para ser aseada?
—Que su vestido no tenga barro, polvo, manchas de grasa, ni agujeros.

—¿Tiene usted algo más que añadir?
—Que una joven debe tener hasta orgullo en presentarse siempre aseada. Una mujer sucia es mirada como una imagen del desarreglo en que tiene su casa, y por lo tanto todos evitan su trato.

—¿Debe una joven seguir las modas?
—Hasta cierto punto, sí señora, siempre que sean compatibles con el decoro y modestia.

—¿Qué me dirá usted con respecto al tocador de una joven?
—Que no debe emplear en él más que el tiempo necesario a su tocado, y no entretenerse en componer este o el otro rizo, pues además de perderse el tiempo, parece más bien efecto de coquetería que de aseo.

Fuente 3: Blog mi Gato Calcetines

1 comentario:

La Gata Insomne dijo...

Qué espanto!!!!

la antítesis de la individuación