Aparto la pena sin apartarla y veo, por la ventana abierta al campo nocturno, la luz alta y redonda que da al aire un nuevo aspecto. Cuántas veces una vista como ésta me acompaña en meditaciones sin fin, en sueños sin propósito, en vigilias sin trabajo ni discurso.
Siento el corazón como un peso inorgánico.
En el silencio enteramente negro de las auroras quedas, su perfil se recorta como si hubiera verdad.
Fernando Pessoa
(En La educación del estoico, El Acantilado, Barcelona 2005)
No hay comentarios:
Publicar un comentario