Hay veces que no estoy bien de la cabeza,
ni de los pies,
ni de nada de lo que se supone
nos ata a este mundo.
Mi rostro se azoga
y lo que ves en él
no es mio.
Dime:
¿Puedes anclarme?
Hace tiempo que no siento
el peso de la tierra.
No es que vuele,
es que siento que dejo de existir.
M.G.L.
(En Atrabiliario, Madrid 2008)
2 comentarios:
que bello poema Gabi... te felicito.
buenísimo!!!!!
y la imagen le calza a la maravilla
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